Hay dos cosas de las que tenemos evidencias científicas. La
actividad física es buena para la salud, pero la contaminación no lo es. ¿Qué
ocurre cuando estos dos hechos se dan a la vez? ¿Qué ocurre cuando quiero
entrenar pero la contaminación atmosférica es muy alta?.
Durante los últimos años estamos asistiendo a episodios
periódicos de altos niveles de contaminación en varias ciudades de nuestro
país, por lo que todos empezamos a ver esto como un problema que va a quedarse
con nosotros si no hacemos algo para remediarlo. Un dato, según la World
Health Organization cada año se producen 7 millones de muertes prematuras
relacionadas con la exposición a la contaminación.
Y durante cualquier actividad física, aumentamos el número
de ventilaciones y la superficie de intercambio de oxígeno en nuestros
pulmones, por lo que la realidad es que va a entrar más aire contaminado en
nuestro cuerpo entrenando que sin hacerlo.
El hecho es que realizar deporte en un ambiente contaminado
es peor que hacerlo en una zona de aire limpio, por lo que deberíamos intentar
evitarlo en la medida de lo posible. Pero ante la disyuntiva de entrenar o no entrenar, los peligros del sedentarismo son aún mayores. Tal y como demuestra el estudio de la Universidad
de Copenhage, los beneficios del ejercicio superan al daño producido por la
contaminación.
lo en la medida de posible. Pero ante la disyuntiva de entrenar o no
entrenar, los peligros del sedentarismo son aún mayores. Es decir, tal y como
demuestra el estudio de la
Dicho lo cual, esto no significa que tengamos que salir a
correr en medio de una nube de humo producida por los tubos de escape de los
coches. Como consejo, igual que miramos el tiempo, por la ventana o en nuestro
móvil, antes de salir a correr, podemos controlar la calidad del aire. En
Madrid, por ejemplo, puede hacerlo poniéndose en contacto con el Sistema
de Información de Calidad del Aire. Nuestro consejo es realizar ejercicio
al aire libre cuando los niveles de calidad del aire sean tolerables, y tratar
de sustituirlo por ejercicio bajo techo cuando el aire presente más
contaminación, especialmente niños, personas mayores, asmáticos, o que padezcan
cualquier otro problema respiratorio.
Consejos para reducir los efectos de la contaminación mientras entrenamos
Más allá de las recomendaciones generales que hemos
señalado, si estás decidido a realizar tu entrenamiento al aire libre, queremos
señalar unos consejos que reducirán el impacto de la contaminación sobre tu
salud:
1. Correr temprano, porque es cuando la calidad del
aire tiende a ser mejor. La luz del día aumenta la contaminación del aire.
Utilizando una máscara respiratoria podemos
filtrar el aire que llega a nuestros pulmones. La mejor opción de mascarillas
para hacer ejercicio serían aquellas que garantizasen un filtrado rápido del
aire, adaptado al aumento de ventilación provocada por el entrenamiento, y una
buena eliminación del sudor. En el mercado existen varias opciones pero es
importante asegurarse que protejan de la mayor cantidad de gases posible. Hacer ejercicio con mascarilla es más
seguro, pero puede hacer que este resulte más fatigoso.
3. Después de la sesión de ejercicio limpiar y
humedecer las fosas nasales.
4. Reduce la intensidad y/o la duración del
ejercicio. Tenemos que intentar reducir el número de ventilaciones para
“ensuciarnos menos”.
5. Si sientes una gran fatiga, dificultad para
respirar o una bajada notable de rendimiento, lo mejor es suspender el
entrenamiento.